Tras un tranquilo viaje en tren desde Budapest, llegamos a Viena. Y como de costumbre, no nos permitimos perder ni un segundo de tiempo. Así si que dejamos las maletas en el hotel y en marcha.
Para tomar contacto con la ciudad, optamos ir caminando hasta "Hundertwasserhaus", las casas más originales que se pueden encontrar en Viena.
Estas casas forman un complejo residencial que es la obra del pintor Friedensreich Hundertwasser, entre 1983 y 1986.
El interior no pudimos visitarlo, pero es completamente abstracto, suelos y paredes uniformes, arboles que salen por las ventanas...
Y el exterior, como podéis ver en las fotografías, formas raras y colores que parece que han sido construidas por niños.
Frente este edificio se encuentra un centro comercial con las mismas características, y dos calles mas allá se encuentra un museo sobre este pintor, el Kunst Haus Wien.
De aquí marchamos hacia el rió Danubio, y lo cruzamos por el puente Franzensbrücke y tomando la segunda calle a la derecha llegamos al Prater.
El Prater es una especie de parque o zona de recreo donde se encuentra el parque de atracciones más antiguo del mundo datado del año 1895.
La entrada a este parque de atracciones es gratuita, solo debes pagar en la atracción o restaurante del que hagas uso.
En la plaza principal del parque se encuentra su mascota, "El Calafati", la escultura de un hombre chino de nueve metros de altura.
Además de atracciones más actuales...,
encontramos montañas rusas, tiovivos, o coches de choque, algunos muy antiguos, como un carrusel del año 1897...
... o una Noria Gigante, la Wiener Riesenrad, también del mismo año, una obra monumental de 61 metros de altura.
En la que, en su entrada se encuentra una exposición donde en el interior de cabinas originales de la noria, se cuenta mediante maquetas animadas la historia de Viena y el inicio de los días de la noria e historia de ella, como, que durante los últimos días de la II Guerra Mundial, año 1945, los bombardeos y el fuego destruyeron gran parte de ésta.
El horario de apertura del parque es desde las 9 de la mañana y las 12 de la noche, desde mayo hasta septiembre. Aunque algunas atracciones, los restaurantes y los puestos de comida, abren todo el año.
Solo me queda deciros, que merece la pena pasear entre sus calles, sobre todo al anochecer, ya que es cuando la iluminación de este lugar junto a todo el alboroto, te devolverán tu niñez.
Espero que os haya gustado, nuestro primer paseo por Viena.
NOS VEMOS!!!
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